Una cruz, un portador descalzo y la luz de unos cirios. Hvar y Extremadura comparten tradiciones.

La semana santa en Croacia y España tiene mucha tradición, miles de personas salen a la calle para disfrutar de las procesiones que se realizan por la mayoría de pueblos y ciudades de ambos países.

En Hvar todos los años, después de la misa de jueves santo se lleva a cabo la procesión “Za Krizen”, declarada como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Consiste en una caminata de 25 kilómetros en la que un vecino del pueblo porta una cruz y marcha sin descanso descalzo, con la compañía de dos personas que alumbran su camino con cirios. Particular de esta procesión es que los últimos 100 metros del recorrido los realizan corriendo, para recibir la bendición del párroco del pueblo.

Muy parecida es la procesión que tiene lugar en Valverde de la Vera, un pequeño pueblo de Extremadura. La principal diferencia es que el portador pasa a llamarse “empalao” y su cuerpo hará las veces de cruz. Se le viste con una saya blanca desde la cintura hasta los tobillos, después se rodea con cuerda el torso y los brazos. Acto seguido se coloca un mástil de madera en posición horizontal sobre los hombros a modo de cruz. Se completa el atuendo con una corona de espinas en su cabeza y dos espadas en forma de aspas en la espalda. El “empalao” recorre su camino descalzo acompañado por los cirineos, al igual que los portadores en Hvar.

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