August Cesarec, un escritor revolucionario en la guerra civil española

Considerado uno de los escritores croatas más relevantes del siglo XX, August Cesarec se distinguió por sus férreos ideales revolucionarios. Desde muy joven estuvo intensamente involucrado en actividades políticas, desempeñando un papel destacado en el Partido Comunista de Yugoslavia y uniéndose a movimientos radicales, como el intento de asesinato del entonces croata-eslavo Ban Slavko Cuvaj. Luchó en la Primera Guerra Mundial con el ejército austrohúngaro, donde se reafirmaron sus creencias marxistas. Cesarec fundó, junto con Miroslav Krleža (el más célebre escritor croata del s.XX), la revista “Plamen” (“la llama”), y escribió varias novelas realistas describiendo los problemas sociales y morales de la sociedad croata. Su última obra publicada es el drama sobre el político Eugen Kvaternik titulado «El Hijo de la Patria», y además de es autor de numerosos versos, diarios de viaje, cuentos, estudios y artículos con apuntes sociales, políticos e históricos. Sus obras, por otro lado, todavía se leen hoy y ocupan un lugar destacado en la literatura croata.

Durante el periodo de entreguerras, Cesarec observó con preocupación el ascenso del fascismo europeo, y, con el estallido de la Guerra Civil Española, fue enviado por el Partido Comunista de Yugoslavia (KPJ) a España para seguir el desarrollo del conflicto y escribir una obra sobre el país y los voluntarios yugoslavos. No en vano, la experiencia española interesaba mucho al KPJ, por cuanto España compartía muchas similitudes con Yugoslavia: ambas sociedades agrarias, poco industrializadas, con gran peso de la Iglesia y con fuertes tensiones entre el centro y la periferia.

Su desembarco en Barcelona fue azaroso, pues fue inmediatamente detenido bajo sospecha de ser un espía debido a su escasa apariencia de revolucionario. Pero, al poco tiempo, fue puesto en libertad y pudo pasar varios meses recorriendo la España republicana y recogiendo material para su obra. En su libro “Encuentros españoles” o “Encuentro en España”, Cesarec se hace eco de la Guerra de España, describe paisajes y conversaciones con gente de todos los estamentos, y se muestra profundamente impresionado por el celo con el que luchan los republicanos españoles, a los que llama “héroes” y “heroínas”.

Le impresionó de manera muy especial la figura de La Pasionaria, a quien conoció en los últimos días en el país. En su libro describe el encuentro y la inmensa admiración que tuvo por Dolores Ibárruri:

“Pero cuando vio frente a ella a un amigo de España en el extranjero, inmediatamente se acordó de las Brigadas Internacionales. Recuerda los sacrificios realizados por la libertad de España, señala que lo han hecho sin ningún beneficio material, por puro idealismo, y expresa su admiración y agradecimiento, en nombre de todas las españolas, por toda la ayuda prestada por las Brigadas Internacionales al campo español».

Después de la Guerra Española, Cesarec regresó a Croacia, donde fue detenido e internado en la prisión de Kerestinec, junto con otros 90 destacados comunistas croatas. Semanas después, los Ustashas fusilaron a 10 de estos prisioneros en represalia por las actividades de los partisanos de Tito. Temiendo que otros presos fueran asesinados, el CPY organizó una fuga. Lo que en un principio parecía exitoso, luego de que eliminaron a los guardias y lograron escapar, tuvo un desenlace trágico. Debido a la desorganización de la fuga, los detenidos fueron recapturados y finalmente fusilados, aunque parece haber mostrado entero y desafiante hasta el final, quizá por inspiración de la valentía y bravura que observó en su recorrido por España.

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